viernes, 9 de abril de 2010

Una historia de vida

Atravezando la selva de asfalto, iba la mujer herida, por que hace algunos años la lástimaron mil mentiras y de un tajo le cortaron gran parte del corazón, solo le queda un pequeño trozo y un soplo de vida.

Se sentía bien, ella eso decía, dibujando una sonrisa, platicaba alimentando ilusiones y dando consejos siempre optimista. Aunque sus ojos no mentían, tenía la mirada triste, no reflejaban más que el llanto que todas las noches cuando nadie la veía soltaba, gemía, era tanta su pena y la soledad que la envolvía...

Se negaba a creer que tanto amor que entregó no tenía reciprocidad, se preguntaba ¿Donde estaba aquello que dicen que si deseas con toda el alma se te consederá? Aunque consiente del vil engaño ella lo amaba y su esperanza de verlo regresar era más fuerte, más grande que cualquier muralla y como muchos ilusos que hay, pensaba que su amor cambiaría a ese ser por una persona mejor, solo era cuestión de que él regresara.

Aveces cansada, deseando dejarlo en libertad pensando equivocadamente que de alguna manera ella lo ataba o le hacia daño su existir, porque el saber que era la causa de que él fuera llamado culpable de su dolor y una mala persona,deseaba que la muerte llegara, tenía más sentido morir que vivir.

A ratos dudaba de su cordura, a ratos se convencía de su locura.
Apenas si duerme y al siguiente dia se levanta muy erguida, se baña y se pone muy linda, con la misma ilusión de todos los dias, de que él hoy sí pudiese venir...
Y así han pasado muchos años.